lunes, 5 de septiembre de 2011

Idealistas Divagaciones.




De: Laura Martínez Domínguez.


La mujer regresa al diván anaranjado luego de un gran viaje en cuatro ruedas por la ciudad… el gato la recibe relamiéndose los bigotes y la mujer no tiene ninguna intención de preguntarle qué come, el gato hace alarde de destreza y le dice que come ideas, la mujer lo mira interrogante y el gato le contesta que las encontró en un cajón de la cocina.

El reloj marca un minuto lleno de añoranza y la araña se sienta en el número cinco anhelando poder girar el número 7 y balancearse en él como lo haría una Palomilla Apocatastásica.

En ese instante entra Leibniz quien empleó el término 'idealista' al referirse a Platón y a otros autores para quienes la realidad es la forma o la idea.

La mujer busca al libro rosado y este le dice que se llama entonces "idealismo" a toda doctrina —y a veces simplemente a toda actitud— según la cual lo más fundamental, y aquello por lo cual se supone que deben dirigirse las acciones humanas, son los ideales — realizables o no, pero casi siempre imaginados como realizables, el libro rosado continua diciendo que entonces el idealismo se contrapone al realismo, entendido este último como la doctrina —y a veces simplemente la actitud— según la cual lo más fundamental, y aquello por lo cual se supone que deben dirigirse las acciones humanas, son las "realidades" — las "duras realidades", "los hechos contantes y sonantes"•

La mujer se percata que las ideas empiezan a invadir la casa, por lo que el gato se relame los bigotes ante tal situación, pero en ese momento llega Dilthey con dos formas de idealismo:"idealismo objetivo" e "idealismo de la libertad" — que, al entender de dicho autor, constituyen, junto con el "naturalismo" (o "materialismo") las tres Weltanschammgen básicas.

El libro rosado lo interrumpe y le dice que el rasgo más fundamental del idealismo es el tomar como punto de partida para la reflexión filosófica no "el mundo en torno" o las llamadas "cosas exteriores" (el "mundo exterior" o "mundo externo"), sino lo que llamaremos desde ahora "yo", "sujeto" o "conciencia" — términos que usaremos un tanto como abreviaturas, pues en ciertos casos podrían, y aun deberían mejor, emplearse vocablos como 'alma', 'espíritu', 'pensar', 'mente', etc. Justamente porque el "yo" es fundamentalmente "ideador", es decir, "representativo", el vocablo 'idealismo' resulta particularmente justificado.

El escarabajo epistemológico acomoda sus ocho patas mientras Schopenhauer, busca algo comestible en la alacena y afirma que es la representación del mundo y no "el mundo". Así, el idealismo comienza con el "sujeto".

El televisor que se enciende a voluntad afirma que se ha dicho por ello que el idealismo no ha comenzado con la filosofía moderna, sino con el cristianismo y en particular con el pensamiento de San Agustín, el gato salta encima de él, pero éste se apaga.

La mujer observa llegar a Heinz Heimsoeth según el cual, hay idealismo desde el momento en que, a diferencia de la ontología "clásica" o "antigua", se destaca la realidad de la persona como "intimidad" 'y se afirma que el alma es heterogénea con respecto al mundo — cuando menos con respecto al "mundo espacial".

El televisor vuelve a encenderse y dice que hay en el idealismo —y, en general, en la filosofía moderna— una cierta actitud y la voz de Ortega y Gasset se materializa, y la ha calificado de "ontofobia" (una especie de "horror a la realidad"), en oposición a la actitud que el mismo autor ha calificado de "ontofilia" (una especie de "amor a la realidad"). El idealismo es, pues, fundamentalmente "desconfiado" y, por consiguiente, esencialmente "cauteloso, el gato goza del calor del televisor encendido, este al darse cuenta de que tiene un gato sobre si, se desconecta y se apaga.

La mujer hojea al libro rosado y este le dice que se suele considerar como idealistas a autores como Descartes, Malebranche, Leibniz, Kant, Fichte, Schelling, Hegel. En general, el idealismo moderno coincide con el llamado "racionalismo continental" — si bien dentro de éste hay autores como Spinoza, que no son propiamente idealistas, a la vez que en el llamado "empirismo inglés" (frecuentemente contrapuesto al "racionalismo continental") hay autores como Berkeley, que son claramente idealistas, en ese instante la mujer observa el desfile de autores en su cocina.

Aparece Descartes quien es llamado a veces "el primer idealista" y, en todo caso, el primer idealista moderno, y dice que el idealismo consiste primariamente en arraigar toda evidencia en el Cogito. Ello no significa que niegue la existencia del mundo exterior; sólo se pone de relieve que el mundo exterior no es simplemente un "dato" del cual se parte, le sigue Leibniz, afirmando que el idealismo aparece bajo forma monadológica y es, en rigor, un espiritualismo y también un pampsiquismo, el tercero en aparece es Berkeley diciendo que el idealismo es subjetivo y hasta, en cierto modo, "empírico", en cuanto la realidad se define como el percibir y el ser percibido; la mujer observa a los filósofos y se da cuenta que todos poseen atuendos anchos y fosforescentes.

Llega Kant y rechaza el idealismo problemático de Descartes y el idealismo dogmático de Berkeley, si bien encuentra el primero más justificado que el segundo, trata de decir algo más per llega Husserl con el llamado "idealismo fenomenología)", el cual se distingue claramente del idealismo trascendental, el que por cierto es defendido por los neokantianos Rickert, Cohén y otros, el gato les pregunta si vienen en presentaciones de paquetes individualmente exactos.

Los filósofos abandonan la casa y la mujer intenta instalarse en el diván anaranjado, pero en ese momento llega G. E. Moore, quien por cierto, ha intentado refutar el idealismo por medio del sentido común… la mujer se pregunta cómo el sentido común puede refutar al idealismo… algo la confunde… llegan otros autores, como Nicolai Hartmann, Urban, que se han propuesto "superar" el idealismo, no menos que el realismo, la mujer se queda con la idea original, la que comparte con quien haya dicho que es la representación del mundo y no el mundo.

El gato sale al jardín en busca de filósofos que atusar, el reloj marca un minuto que apresura a la mujer a abandonar el diván anaranjado y reunirse con aquella Palomilla Apocatastásica que quiere balancearse en el numero 7.

1 comentario:

  1. Platón, ¿acaso alguien ha superado su concepto de la idea? Es que es completamente maravillosa.
    La idea como aquella representación de algo que no necesariamente es tangible. Ese instante en que surge de no sé dónde rayos. Esa chispa "divinamente" atractiva en la que nos encanta divagar.

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