lunes, 25 de julio de 2011

Divagaciones y Hechos.




De: Laura Martínez Domínguez


La mujer despertó con la certeza de que es un hecho que el sueño se ha escapado por las hendiduras que dejan las noches de desvelo… el gato se encarama en el diván y le comunica que el cuervo medieval ataviado con bufanda ha dejado una nota avisando el fatídico hecho de su partida; la araña piensa en que tan útil le resultaría una raña para hacer un hoyo en el reloj y escapar de él… el reloj la escucha y le marca la hora más acida que encuentra a modo de advertencia.

El libro rosado esta también sobre el diván y dice que un hecho puede ser, según los casos, un hecho natural (un fenómeno o un proceso natural) o un hecho humano (por ejemplo, una situación determinada). Puede ser una cosa, un ente individual… la mujer lo hojea lentamente.

En ese momento llega Leibniz diciendo que los hechos son las realidades contingentes, la mujer lo escucha y le invita a que pasen a la cocina a buscar algo de desayunar, camino a la cocina encuentran a Hume quien les dice que se debe de distinguir entre las proposiciones sobre hechos a diferencia de las proposiciones sobre relaciones de ideas, la mujer piensa que el filósofo siempre hace distinciones sobre conceptos que nadie confunde.

En la cocina encuentran a Kant quien ha hablado con frecuencia del hecho, Faktum, de la ciencia natural, es decir, de la física, como "un hecho" que "está ahí" y que debe justificarse epistemológicamente, el escarabajo lo escucha y traslada sus ocho patas de coleóptero hasta la cocina.

En el jardín los positivistas "clásicos", con Comte incluido, insisten mucho en que solamente los hechos son objetos de conocimiento efectivo; sólo los hechos son realidades "positivas". Los hechos pueden ser "hechos brutos" o "hechos generales", los pájaros tratan de saber porque han cercado el naranjo de esa manera, pero acto seguido y al parecer guiados por un hecho inevitable los positivistas abandonan el jardín, dejando a los pájaros mudos.

En la sala Husserl arrastra su fenomenología en donde establece una distinción entre hecho (Tatsache) y esencia (Wesen), pero se ha puesto asimismo de relieve la inseparabilidad (Untrennbarkeit') de ambos.

Entra Heidegger a la cocina, toma asiento y cuando lo hace la mujer se pregunta si las traiciones filosóficas prescriben, el reloj le marca el minuto de un tiempo insuficiente, sin embargo, Heidegger continua y dice que la facticidad es uno de los constitutivos del Dasein; consiste en su "estar arrojado al mundo" como un "hecho último".

El reloj marca un minuto de lo más disparatado y el gato entra a la cocina junto con Sartre quien pide una taza de café y dice que la facticidad es una característica fundamental del Pour-soi, en cuanto está "abandonado" en una situación… el gato también pide que su tazón sea llenado la mujer le ofrece cuatro opciones: empiristas en aceite para quienes los hechos son contenido de sensaciones; simbolistas con pollo para quienes los hechos son signos de cosas reales que a la vez se convierten en símbolos; kantianos en paquetitos individualmente exactos para quienes los hechos son resultado de "imposiciones" de elementos a priori de la sensibilidad y del entendimiento y pragmatistas con formas prácticamente inexistentes, para quienes los hechos son resultado de elaboraciones condicionadas por el imperativo de la utilidad; el gato no logra decidir y pregunta por la posibilidad de probarlos a todos; la mujer no le contesta y le sirve empiristas en aceite.

Regresa al diván anaranjado y el Wittgenstein del Tractatus y el Bertrand Russell del atomismo lógico le dicen que los hechos son los llamados "hechos atómicos". Estos hechos son, según Wittgenstein, una combinación de objetos (entidades, cosas) Cada cosa es una parte constitutiva de un hecho atómico. Así, el mundo no es la totalidad de las cosas, sino de los hechos. La mujer los invita a pasar a la sala donde al parecer al libro rosado le ha dado por empezar a clasificar los hechos y les dice que los hechos pueden ser clasificados de distintos modos. Puede hablarse de hechos físicos, psíquicos, sociales, históricos.

El reloj anuncia una hora casi terminada y Américo Castro, dice que hay tres niveles "historiográficos": el nivel de lo simplemente describible, el nivel de lo narrable y el nivel de lo plenamente o propiamente historiable y Max Scheler Según este autor, hay tres clases fundamentales de hechos: los "hechos fenomenológicos"; los hechos dados en la concepción natural del mundo, y los hechos tratados por las ciencias.

La mujer toma el libro rosado, los hechos fatídicos la seducen, el faktum kantiano la divierte, los hechos siempre son golpeantes aunque no puede evitar recordar la facilidad del personaje salido de sus sueños para acomodarlos cual piezas de lego con la finalidad de darles la forma que su voluntad imperaba… el reloj le marca un minuto lleno de la nostalgia perdida, en tanto la araña ha abandonado la idea de usar una raña para perforar el reloj el hecho es que se enteró de que solo sirve para cazar pulpos, el gato no está convencido del sabor de los empiristas en aceite, así que sale al jardín, los filósofos abandonan lentamente la casa, el reloj se suspende y la mujer abandona el diván para sumergirse en el devenir de la ciudad húmeda y cambiante.

1 comentario:

  1. EL hecho es que este es el cuento número treintaiuno, el hecho es que termina la primera mitad del camino y principia la segunda mitad para llegar al cuento número sesenta, el hecho se celebra sirviendo empiristas en aceite y una Sierra Madre en almíbar!

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