lunes, 30 de mayo de 2011

Males y Divagaciones




De: Laura Martínez Domínguez

La mujer se sienta en el diván observa al reloj y se da cuenta de que está suspendido, hace más de media hora que la manecilla grande esta sobre el numero 8, la araña piensa que quizá se ha perdido en el infinito que puede durar un minuto.

El gato salta al diván anaranjado, la mujer se sorprende de que no traiga nada colgando, por lo que, no sin cierto temor, toma el libro rosado y encuentra una palabra compuesta de tres letras: Mal; la mujer piensa que es una palabra complicada y francamente ambigua; el libro rosado le responde que el mal es una falta completa de realidad, es pura y simplemente el no ser.

La mujer no se encuentra del todo convencida, la ambigüedad sigue teniendo sentido por lo que el libro rosado le dice que es una apariencia, una ilusión, un velo que impide la visión del bien, identificado con el ser. El reloj marca un minuto que podría sonar lleno de maldad de no ser porque en realidad aun no están del todo seguros de lo que es el mal, por lo que simplemente el reloj vuelve a marcar un minuto más…

El escarabajo ha abandonado el refrigerador, ahora sus ocho patas se posan sobre la puerta del microondas, opina que el sonido que éste emite es alucinante.

El gato ha desaparecido. Por lo que Plotino puede aparecer sin temor a ser devorado, sabe de la fascinación del gato por los neoplatónicos en cubitos, por lo que tranquilamente afirma que el mal es al bien como la falta de medida a la medida, como lo ilimitado al límite, como lo informe a la causa formal, como el ser eternamente deficiente al ser que se basta a sí mismo; es siempre indeterminado, inestable, completamente pasivo, jamás satisfecho, pobreza completa… la mujer piensa en esta última frase y en las infinitas posibilidades en ser el mal en sí mismo, aunque no seamos precisamente malvados, sino simplemente completamente pobres…

Aparece Hegel, y considera al mal como la negatividad positiva. Todos lo miran con la dosis de desconfianza prudente, dado que cuando empiezan a entender algo, llega él y todo se complica de nuevo… aparece el gato, viene de descubrir que en el patio trasero los pájaros del árbol de naranjo están en la hora del té y hablan acaloradamente.

La mujer regresa al diván anaranjado y la araña observa que Platón busca galletas en la alacena mientras afirma que el mal no puede existir en la realidad pura, sino únicamente cuando hay alguna mezcla, se une a la búsqueda San Agustín afirmando que el mal es concebido como un alejamiento de Dios causado por una voluntad de independencia respecto a la Persona divina; como lo definió luego, siguiendo la misma tradición; ninguno de los dos ha logrado encontrar nada en esa alacena por lo que San Buenaventura diciendo que el mal (el pecado) es el hecho de que el hombre hiciera algo a causa de sí y no a causa de Dios, decide ayudarles.

La mujer los encuentra comiendo las frituras transgénicas que compró hace meses, al parecer no lograron encontrar las galletas que requerían. El gato también entra a la cocina y la mujer sirve en su tazón Megáricos, el gato pregunta de donde salieron y la mujer responde que de una reserva olvidada o mejor dicho recordada en momentos como este.

La mujer se sienta de nuevo en el diván y se pregunta él porque de que el mal exista Max Scheler le contesta que el mal existe porque hay totalidades no compuestas de sumas, sino de miembros, porque hay funciones orgánicas entendiendo esta expresión en sentido que trasciende de lo biológico. La araña piensa que la respuesta aun no es clara.

La mujer sigue la línea de su pensamiento y busca al libro rosado quien le dice que el origen del mal procede últimamente de Dios o de la Causa primera. El reloj marca un minuto repleto de dudas… El mal tiene su origen en el hombre o en ciertas de sus actividades… la araña piensa en si hará mal al tratar de escapar de un reloj voluntarioso… El mal es consecuencia del azar… lo que hace pensar a la mujer en fresas, en días de suerte, en sortilegios, en aquello que uno no inventa sino que solo se tropieza con ellos… De la Naturaleza, de la materia o de otras fuentes.

La mujer no está del todo convencida de que es el Mal, encontró la palabra, pero no se enredó en sus cabellos, además al parecer está demasiado ligada al bien y difícil distinguir una de la otra… el escarabajo regresó al refrigerador, le agradó mas convivir epistemológicamente con la mujer milenaria, la araña se instala en el numero 5 y encuentra un pequeño abanico perteneciente a un himenóptero que al pasar por el reloj lo olvidó… el gato salta al diván, los Megáricos nunca logran satisfacerle… el reloj marca un minuto poblado de hastió por lo que la mujer abandona el diván anaranjado y sale al encuentro del personaje de las partículas elementales.

1 comentario:

  1. Sospecho que me había quedado suspendida en la idea del mal. Vagué entre varias concepciones bastante arbitrarias y no encontré un camino que me explicara a qué se refiere ese concepto.
    Sólo sé que el mal llega a sentirse como un desequilibrio, también como un conjunto de hechos bizarros que nos dejan atónitos porque parecieran carecer de la mínima humanidad. El Mal, ese pequeño punto por donde todos podemos llegar a fugarnos.

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