martes, 24 de mayo de 2011

Irónicas Divagaciones




De: Laura Martínez Domínguez


La mujer se sienta en el diván, aun conserva el sabor de la huida obligada, la del pasado que no termina por serlo, la de siempre y que al parecer ya se hizo costumbre… el reloj le marca un minuto disimulado, la ironía aparece de pronto y sin aviso.

La araña se descuelga del numero 7, despertó con la certeza de que la vida se ha burlado de ella todo este tiempo, por un momento pensó que la resignación tomaba sentido y resulta que aun sueña con escapar del reloj…

La mujer encuentra al libro rosado y este le dice que el verbo griego ironía significa "disimular" y especialmente "disimular que se sabe algo", es decir, "fingir que se ignora algo". La mujer toma al concepto y lo eleva a la calidad de mantra, a la frase que desea que rija su vida… un eterno disimulo de lo que sabe para pasar por la vida ignorándolo todo.

Aparece Sócrates empleando el "método" —o más bien el "recurso"— de fingir que no sabe lo bastante acerca de cualquier asunto; y por tanto el contrincante tiene entonces que manifestar su opinión, que Sócrates procede a triturar. Con esta ficción de ignorancia Sócrates consigue que su contrincante se dé cuenta de su propia ignorancia. Así, el que pretende no saber, sabe; y el que pretende saber, no sabe.

El gato observa el espectáculo, Sócrates nunca había aparecido y sin embargo, tampoco tiene ganas de atusarlo, sino de observarle detenidamente hasta saber si es real. Aristóteles interrumpe su observación definiendo a la ironía como "simulación" más bien que como disimulo.

Al parecer Santo Tomás venia siguiendo a Aristóteles dado que indica que la ironía es una vanidad sutil —contrapuesta a la vanidad "abierta" del jactancioso—; además, la ironía es un modo de eludir la propia responsabilidad con una especie de falso menosprecio.

El reloj marca un minuto pasado, de esos de los que aun remuerden la conciencia aun y cuando se piense que la tiene uno perdida, por lo que la mujer lo escucha con franca desesperación, esperando que el siguiente sea por lo menos sarcásticamente exacto. El escarabajo ha dejado la cortina, sus ocho patas emigraron a uno de los muebles e la cocina, específicamente al refrigerador, le ha tomado gusto a confundirse con los imanes adheridos.

Por la puerta de la cocina entra Schlegel, quien los elementos en "tensión" son, en último término, el resultado de un constante "juego" del Yo libre. La ironía juega con todo y no se entrega definitivamente a nada. La mujer lo escucha y piensa que la ironía es algo así como tirar los dados sabiendo sobre qué lado caerán. Schlegel se sienta y acepta tomar la taza de café que la mujer le ofrece… al poco tiempo deben abrirle a Kierkegaard quien coloca a la ironía en el estadio estético, considerando a la ironía como duda y aceptación de la duda, a diferencia del "humor", que es ya aceptación de una certeza.

Entra Bergson, al parecer escapando del gato, diciendo que la ironía surge cuando se anuncia simplemente lo que debiera ser, fingiendo que es así en realidad. Dice esto en un suspiro, tratando de no ser atrapado por un gato que se acerca peligrosamente a la cocina.

El gato entra a la cocina, al parecer buscándolo, pero la mujer lo soborna con un tazón lleno de presocráticos en bolitas, lo cual hace que el gato olvide al filósofo y se sumerja en el deleite de la comida circular.

Aparece Eugenio d'Ors, se sienta a la mesa, rechaza la taza de café que le ofrecen y dice que la ironía se caracteriza por no despreciar las fórmulas, pero a la vez por no aceptar la superstición de las fórmulas. Seguido de él llega Gustavo Pittaluga, diciendo que la ironía es un impulso.

El café se termina justo cuando Jankélévitch aparece quien ha analizado la ironía como "forma de vida", contrastándola con otras por ejemplo, con el cinismo. Por lo que la mujer los despide de su cocina, pidiéndoles tener cuidado con el escarabajo, quien está decidido a no abandonar el refrigerador.

La mujer regresa al diván anaranjado y escucha al libro rosado le dice que la ironía puede ser descrita como una "actitud", de tipo semejante en su forma, aunque distinta en su contenido, de otras actitudes tales como la cínica, la fanática, además la característica general de la ironía es la función que tiene de llenar algún "vacío" en la vida humana, por lo cual la ironía sobreviene especialmente cuando se produce una crisis sea individual, sea colectiva.

El gato salta al diván relamiéndose los bigotes, las comidas circulares son sus favoritas, la araña ha decido solemnemente no hundirse en tristezas innecesarias y una vez más emprende la búsqueda de la salida del reloj, el escarabajo ha ignorado al atardecer permaneciendo cual imán epistemológico en el refrigerador, el reloj marca un minuto carente de ironía y de sentido y la mujer abandona el diván anaranjado en busca de dosis de ironía para cuando las crisis osen aparecer una mañana cualquiera.

1 comentario:

  1. El disimulo, la pretención que surge del fingimiento, pero que acaba revirtiendo el sentido del tiempo.
    Ironía, absurdo, falsedad.
    La vida puede resultar irónica tras las máscaras.

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