sábado, 14 de mayo de 2011

Deberes y Divagaciones




De: Laura Martínez Domínguez

La mujer busca al libro rosado, desde hace días no aparece; no logra encontrarlo, quizá esta agazapado en algún rincón de la casa sin la menor intención de salir y mucho menos de hablar.

El reloj marca un minuto que más que ambiguo denota un tanto de enfado, la araña se pregunta que podría haberlo hecho enfadar, el reloj a modo de respuesta anuncia el siguiente minuto que suena a deber, a tener que marcar una y otra vez el mismo minuto, la misma hora…

La mujer se da por vencida, el libro rosado a pesar de haber prometido no huir de nuevo, no aparece y en su lugar ha dejo al libro aquel de pastas duramente azules… la mujer escucha a lo lejos la últimas notas de una canción de noches perdidas… “los fugitivos del deber…”, piensa en la frase, y por tanto en la palabra deber, se la enreda en los cabellos y la curiosidad de saber qué significa, de pronto toma dimensiones colosales.

El libro aquel de pastas duramente azules le dice que proviene del latín debere, a su vez de habere y de tener que… la mujer se instala en el diván y resume que deber no indica necesidad, sino obligación, dado que un acto debido es un acto tenido por obligatorio: un acto que se debe hacer… la mujer escucha al reloj refunfuñando por el siguiente minuto que debe marcar.

Al gato se le han enredado, con túnica y sandalias, aquellos romanos que aludían con debere al hecho de encontrarse bajo la obligación de pagar o de hacer algo, designan una obligación surgida ex contractu o ex delito que es perseguible judicialmente.

La mujer se ríe al ver al gato tratando de desenredarse a los romanos, los cuales al parecer gustan del pelaje del gato porque para ellos el debitum es un vínculo, un estado de sujeción de una persona a otra… el gato hace caso omiso de las palabras de los romanos y corre al jardín, a los romanos no les queda mas remedio que desenredarse y desaparecer silenciosamente.

Al minuto debido siguiente aparecen una serie de juristas para quienes por deber jurídico entienden el comportamiento requerido por el derecho, la conducta obligada de conformidad con una norma de un orden jurídico histórico.

La mujer, aun instalada en el diván, observa marcharse a los juristas. Decide ir a la cocina, donde por cierto encuentra a H.L.A Hart preparando leche con chocolate y le dice que la característica mas general y relevante del derecho en todo tiempo y lugar es que su presencia indica que cierta conducta humana deja de ser optativa, convirtiéndose así, en obligatoria… cuando la mujer se esta preguntando dónde habrá encontrado el chocolate que mezcla en los enormes vasos de leche, entra J. Bentham quien además de pedir su respectivo vaso, afirma que es mediante la imposición de deberes, el derecho limita o restringe las posibilidades del comportamiento humano: sin deberes el derecho seria inconcebible.

Entra el gato a la cocina y se pregunta porque todos toman leche con chocolate si su tazón esta vacío… la mujer lo llena con un poco de filosofía del derecho encontrada de casualidad en una tienda de comestibles que se debate entre cerrar y permanecer abierta.

Mientras los juristas toman leche con chocolate, la araña escucha que Kelsen entra por la puerta de la cocina diciendo que el deber jurídico es la conducta opuesta a la conducta que funciona como condición de una sanción… la araña no entiende a Kelsen y salta al numero 8, pero inmediatamente después lo abandona, recuerda que el infinito ha sido discutido hasta el hastío y al menos por hoy prefiere evitarlo.

El gato termina con la filosofía del derecho y la mujer se percata que en la caja vienen incluidos L. Petraszycki y E. García Maynes quienes sostienen que los deberes son debidos a otra persona, la cual normalmente se encuentra en posibilidad de exigirlos… la mujer piensa nuevamente en aquellos fugitivos del deber a los que no les queda mas amor que el que han perdido…

En la sala, el escarabajo vuela lentamente y se posa sobre la frente de N. MacCormic quien junto con R. Tamayo dice que muchas de las funciones de los derechos son obscurecidas cuando estos son explicados desde esta limitada perspectiva… el escarabajo vuelve a la mesita junto al diván y se pregunta si debe volar antes del atardecer, la araña le dice que la pregunta esta demás, si es deber, nada gana con preguntarlo.

El reloj ha suspendido al tiempo, arguyendo que solo a él le compete esto de los minutos y segundos marcados y J. Austin lo riñe al decirle que por otro lado se ha mostrado que existen ciertos deberes absolutos respecto de los cuales no existe ningún derecho correlativo, tales como aquellos debidos a personas indefinidas o debidos a la comunidad… la araña ríe… resulta que el tiempo es un deber absoluto; el reloj suspende el tiempo…

Radbruch se dirige a la cocina donde le avisan que deberá tomar otra cosa porque la leche con chocolate se ha agotado y este les contesta que el deber implica una deuda o prestación de conducta debida a alguien… Kelsen interviene de nuevo y dice que el deber de la copula normativa indica simplemente la relación especifica que existe entre el supuesto la consecuencia y que esta ultima esta expresamente autorizada por el orden jurídico… todos observan a Kelsen, saben que una vez mas esta yendo mas allá de lo humanamente entendible.

El reloj continua en su protesta, los minutos han dejado de ser marcados… la mujer despide a los juristas prometiendo tener para su próxima visita, mas leche con chocolate, el escarabajo ha dejado las preguntas por el deber y sencillamente emprende el vuelo antes del atardecer, la araña al ver que las manecillas no se mueven, decide recostarse en la manecilla chica esperando que las horas se le escurran por entre las patitas, el gato encuentra al ultimo romano pegado en una de sus patas… la mujer aun oye las notas aquellas de las noches perdidas, se instala en el diván y su mente divaga pensando en aquellos fugitivos del deber…

3 comentarios:

  1. Es que "las cosas no pueden ser de otra manera", y sin embargo continuamente son lo que no debieran ser ...o acaso todo debería ser de otra manera y la obligatoriedad se come a si misma?

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  2. Buena pregunta, ¿La obligatoriedad se come a sí misma?
    Quizá no lo haga, quizá solo malinterpretamos el deber y lo convertimos en tiranía, en el totalitarismo brutal del deber que no todos se atreven a cumplir, o que algunos lo hacen con tal religiosidad que son aterradores, en más de un sentido.
    Quizá también suceda que se coma a sí misma, ese continúo vínculo con alguien más solo puede desembocar en la redundancia, cual serpiente.

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  3. El reloj ha suspendido al tiempo, arguyendo que solo a él le compete esto de los minutos y segundos marcados... ¿Acaso el reloj irremediablemente DEBE marcar el tiempo?
    ¿El deber se encuentra en función de "los demás" o de lo que un@ mism@ defina como tal?

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