lunes, 28 de febrero de 2011

Entes, Divagaciones y Ser.




De: Laura Martínez Domínguez

La mujer despierta luego de una breve siesta, el reloj se despide del último minuto que marcó las 7:00 am, la mujer sabe que no es un ser humano a esas horas, el reloj se ríe de ella y le marca un minuto más… sin embargo, los minutos empiezan a perder importancia cuando la mujer se da cuenta de que ha amanecido enredada en un asunto tan lingüístico que el gato ha encontrado palabras desconocidas debajo de la cama.

La mujer se percata que no es lo mismo decir un ente, que decir el ente; no es lo mismo emplear el ser como cópula en un juicio, que decir el ser… la mujer supera la lingüística y se empieza a preguntar por el ente… su profesión aprendida de memoria se lo define como cosa, como aquello que no es persona… pero sabe que si consulta al libro rosado este le dirá algo que diste de la simplicidad romana.

Santo Tomas se descuelga de la manecilla grande del reloj, estudiando al ser como ser con su esencia, como lo que es y en cuanto es. La mujer lo observa, ahora no solo es el ente quien debe ser definido, sino también el ser.

El gato salta a la cama, trata de acomodarse, pero la mujer le dice que el reloj ha marcado un minuto más, por lo que le propone un llenado de tazón. El gato acepta, la mujer descubre que lo único que hay en su alacena son escolásticos, a lo que el gato no sabe que responder, su divinidad fue puesta en duda; la mujer le dice que la caja lo que plantea son una serie de problemas; por un lado si la noción de ente es todo lo que es como tal; por otro lado, si el ente es lo real en su realidad, y finalmente si el ente es todo lo que es o puede ser… el gato se queda pensativo mientras trata de no conservar migajas escolásticas en los bigotes.

En el momento en que la mujer se dispone a desayunar llega Suarez, quien por cierto toma asiento y espera a que le sirvan, mientras dice que el ente es estudiado no solo como lo que es, sino como la condición o condiciones que hacen posible todo ser… la mujer piensa en la relación entre el ente y el ser… sus cavilaciones se ven interrumpidas por Wolff quien define al ente como todo aquello a lo cual no repugna la existencia.

En tanto, la araña fue abruptamente despertada por Leibniz quien dice que todo lo posible tiende a la existencia de acuerdo con la composibilidad… la mujer aun siente que flota en la confusión lingüística de hace unas horas, por lo que decide instalarse en el diván anaranjado, el gato la sigue y la araña se pregunta qué está pasando.

La mujer escucha como el reloj se despide del último minuto, al gato salta al diván y escuchan como Heidegger entra por la puerta de la cocina diciendo que solo el análisis existenciario del ente que se pregunta por el ser, es decir, del ente a quien en su ser le va su ser, puede abrir el camino para una compresión del sentido del ser… la mujer le pregunta si eso es humanamente posible, dado que ella aun no logra entender el ente y mucho menos el ser… Nicolai Hartaman llega y trata de ayudarla diciéndole que el ser y el ente se distinguen al modo como se distinguen la verdad de lo verdadero, la realidad de lo real… el gato lo mira con burla, sabe que las dudas de la mujer ahora son colosales.

La araña aun no sabe que está sucediendo, el reloj la molesta con un segundo pegajoso. Llega Rosmini considerando al ente como el término del ser, el cual precede del ente.

La mujer se da por vencida… busca al libro rosado quien le dice que el concepto del ente como lo que es o inclusive como lo que existe, considerándose que mientras es legitimo hablar de un problema del ente, no es legítimo hablar de un problema del ser; dado que el ser no puede ser un objeto, solo lo es de alguna manera, un ente, puede ser sujeto.

El gato mira a la mujer y se pregunta por qué Heidegger aun no se ha movido del diván, la mujer le pide amablemente que abandone su puesto, sabe que no puede seguir haciendo más preguntas, el ente y el ser salieron de su concepción, como si la conciencia no bastara, como si el saberse fuese irrelevante… cierra el libro rosado, esta mañana amaneció más confuso que de costumbre, no encuentra respuestas, solo dudas insistentes que la atusan a querer saber que es el ser, para poder vislumbrar el ente.

La mujer mira al reloj, está marcando el minuto certero de la partida, el gato se queda encaramado en el diván y la araña al no lograr enterarse de lo que estaba sucediendo decidió volver a dormir… la mujer cierra la puerta, se va, aunque sabe que Heidegger hizo caso omiso a su petición de que abandonara el diván, por lo que sabe que cuando regrese aun flotara la duda sobre que es el ser… sobre como vislumbrar el ente.

4 comentarios:

  1. ¿Que es el ser?
    Verbo, sustantivo, esencia, existencia, ente, sustancia... por supuesto! si "el ser se dice de muchas maneras".

    ¿Pero quién es el ser?
    y sobre todo:

    "--¿Quién eres tú? --dijo la Oruga.
    --Temo que no podré explicarlo con más claridad --insistió Alicia con voz amable--, porque para empezar ni siquiera lo entiendo yo misma..."

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  2. Pregunta complicada... ¿Quién eres tu?

    He cambiado tantas veces, que ya no estoy segura.

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  3. "¡Cuán poco sabemos lo que somos y cuán menos lo que mañana hemos de ser! El eterno curso del tiempo lleva muy lejos nuestras frágiles existencias."

    Lord Byron

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  4. La pregunta es ¿Cómo entender el ser, si ni siquiera se puede hablar de problemas del ser, si precede del ente y a la vez se conjuga?

    Cierto es que si nos preguntan ¿Quién eres tu? no sabemos responder con exactitud...démosle la razón a Lord Byron.

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