domingo, 23 de enero de 2011

Divagaciones Determinantes





De: Laura Martínez Domínguez

La mujer se levantó temprano esa mañana, hizo lo de costumbre, se duchó larga y pausadamente, alimento al gato y partió a realizar las actividades acostumbradas en una mañana rutinaria.

Al llegar por la tarde y encontrar a todos los habitantes de la casa sumidos en un extraño letargo, recordó a un ser alado, que al visitarla hasta altas horas de la madrugada no paraba de hablar del destino, de que todo ésta escrito y no debemos movernos porque de igual manera termina por alcanzarnos… la mujer nunca creyó en su idea, algo ligado a la libertad no le permitió hacerlo.

Sin embargo, consultó al libro rosado, le habló del determinismo, y el gato se relamió los bigotes preguntándose si también tendrá una presentación en caja, aunque en sobres húmedos también sería delicioso; la mujer solo sonrío y se sumergió en el la definición, en el hecho de que sostiene que todo lo que ha habido, hay y habrá, y todo lo sucedido, sucede y sucederá, esta de antemano fijado y condicionado y establecido, no pudiendo haber ni suceder más de lo que esta de antemano fijado, condicionado y establecido… la araña al oír semejante se puso a llorar de tal manera que el reloj estaba temiendo una oxidación masiva en todas sus instalaciones.

La mujer recordó al ser alado, a las discusiones y al hecho de no creer que tal cosa pueda existir; así que llegó Bergson arrastrado por un gato desconocido para todos, hasta que el gato aclaró que eran secuelas de su efímero liderazgo… Bergson logra liberarse y distinguir entre un determinismo estricto y en teologismo estricto diciendo que tienen las mismas consecuencias: ambos afirman que hay un encadenamiento riguroso a todos los fenómenos… el gato lo encuentra gracioso y con una pata empieza a empujarlo con la finalidad de que corra, y sea divertido atraparlo pero Bergson no se mueve se resiste a ser el juguete de un gato… ¿los fenómenos lo determinarían a eso?

Meyerson sale a su encuentro y le dice que el determinismo riguroso y universal esta ligado al proceso identificador propio de la razón… Bergson no esta para puntualizaciones, el gato lo obliga a correr y a detenerse según su voluntad, como si el no pudiese decidir que hacer…

La mujer los dejó, a sabiendas de que una vez que el gato se entretiene es mejor dejarlo porque sino solo quiere que le rasquen el estómago.

Kant tocó la puerta a la hora de costumbre, con tanta exactitud que el reloj se ruborizó; afirmando al determinismo en relación con el mundo de los fenómenos, pero no con el noumenico de la libertad; la araña de pronto dejó de llorar y prestó atención… el reloj lo agradeció de sobremanera, la inundación era inminente.

De pronto y sin aviso alguno, en la calle aparecieron los Deterministas radicales con pancartas en mano afirmando que no solamente los fenómenos naturales, sino también las acciones humanas están sometidos a un determinismo universal.

Cuando todos tratan de correr a la ventana aparecen los autores que se han opuesto al determinismo desde el punto de vista ético subrayando que dentro de una doctrina determinista no cabría el libre albedrío; están por cierto, acomodados en hilera cronológica y todos los miran como si debieran aparecer en otro momento, pero después recapacitan, no se quieren ver deterministas… en fin, corrieron a la ventana dado que los opositores llegaron con micrófonos alegando o que hay zonas de la realidad, como las acciones humanas, que se sustraen al determinismo o bien que este confunde la necesidad de un hecho con la necesidad de derecho, Maritain se adhiere a la propuesta pero nadie le permitió hablar porque, en esos momentos la represión estatal les pidió de la manera… bueno a su manera que se retiraran, que después de todo salvo los de la ventana, nadie escuchaba… los manifestantes partieron.

La mujer deseó que el ser alado viviera para poder decirle todo esto a las tres de la mañana, exactas, aunque el reloj siga desalojando lágrimas, pero las circunstancias ¿o el destino? No lograron sonreírles; el gato despide a su último seguidor y la araña no sabe si alegrarse o seguir llorando

2 comentarios:

  1. Luego de la noche de las Ruinas circulares, el pensador consideró la posibilidad de estar siendo pensado, no podía evitar pensar en la idea de participar en un sistema de procesos causales donde no hay causa sin efecto y todo efecto es a su vez una causa...

    ¿Acaso las leyes naturales existían? y si así era, ¿determinaban que todo era inevitablemente predeterminado? eso sonó redundante, pero no lo suficiente como para dejar de pensar que la primera vez que leyó los cuentos incontestados, fue la causa de querer escuchar en un alto nivel de decibeles el sonido de esas ideas que por entonces sólo emanaban ¿libremente? de unas manos que eran las únicas que expresaban lo audiblemente inexpresable.

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  2. Y la alegría de saber que en esas noches de Ruinas Circulares había alguien que leía esas palabras, que seguía el movimiento frenético de esas manos que gritaban la libertad que no poseían.

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